Había una vez una niña que se quería comer el mundo, se hacía la ¨chulita¨ y todo eso.
Un día sus amigas le hicieron varias pruebas, una de ellas comerse una hoja que tenía un agujero negro. Entonces la niña empezó a comerse la hoja, que en el agujero negro tenía cosas raras. Una vez la niña se ahogó y entonces la tuvieron que llevar a un hospital. Cuando se recupero la niña entendió que por haber hecho eso no había ganado nada al contrario había perdido y que con hacer tonterías para ser la mejor tampoco.
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